Desde principios del siglo XX se usa los mosquetones en montaña con ellos se dio un gran paso: el escalador ya no tenía que desatarse y pasar la cuerda por los pitones. Hasta la II Guerra Mundial, los mosquetones se fabricaban en acero, pero debido a la escasez empezaron a fabricarse en aluminio. Así se consiguió material igual de resistente, pero tres veces más ligero. Actualmente, todos los mosquetones están hechos con aleaciones de aluminio.
Partiendo de varillas de aluminio, se doblan para darle forma al cuerpo del mosquetón. Después, se aplican unos tratamientos térmicos para aumentar la resistencia del aluminio, y se revuelven las piezas en grandes recipientes con piedras que pulen el metal. Por último, se aplica el anodizado, que es un complejo proceso anticorrosión.
La forma del cuerpo del mosquetón determina el uso más adecuado. Según la forma, hay cuatro tipos: ovales, en D, ergonómicos o 'set', y HMS o de pera.
Los ovales han sido el tipo de mosquetón 'estándar' para escalada. Son muy útiles para escalada artificial (son más fáciles de abrir bajo carga), para rapelar mediante el sistema de mosquetones y como portamaterial. Por contra, son más débiles que los de otros tipos, y relativamente más pesados.
Los mosquetones en D simétrica son los más resistentes, porque la carga se soporta en el dorso del mosquetón (el lado opuesto al gatillo). Suelen ser bastante grandes (mejor manejabilidad con guantes).
Los ergonómicos son bastante más ligeros, porque reducen el radio de las curvas en el lado del gatillo sin afectar a su resistencia. Así, se consigue una apertura mayor del mosquetón.
Los HMS (del alemán Halb-Mastwurf Sicherung, aseguramiento con medio ballestrinque), son mosquetones en forma de pera con seguro, y suelen ser bastante grandes, para asegurar y rapelar con nudo dinámico (el medio ballestrinque), o con dispositivo de aseguramiento, y para anclarnos a la reunión con ballestrinque (en este caso, atención al cabo activo, que debe quedar del lado del dorso para evitar sustos). También son muy útiles como punto central de reuniones complejas (mejor los HMS simétricos).
Independientemente de la forma del mosquetón, hay dos tipos de cierre, una varilla que se encaja en una ranura (o diente), y un ojo de cerradura (cierre keylock o guitar). La única diferencia notable es que un diente convencional se enganchará a todo lo que pueda engancharse (portamaterial, cierres de alambre de otros mosquetones, cables de fisureros, cintas, ropa...), mientras que un cierre tipo ojo de cerradura, al ser liso no se enganchará. Como inconveniente, se dice que los cierres tipo keylock son más propensos a soltarse de los portamateriales. Bueno, en 7 años usándolos nunca he tenido ese problema.
Carga triaxial en el mosquetón |
Realmente, el gatillo abierto es un problema, y el único modo de garantizar que trabaja cerrado es usar mosquetones de seguro. Actualmente, encontramos una versión con seguro de casi todos los modelos de mosquetones, con independencia de la forma, tamaño y tipo de cierre (ya se fabrican cierres de alambre con seguro). Lo más habitual es añadir un cilindro roscado interiormente en el gatillo, que bloquea el gatillo al cuerpo y evita su apertura. Las roscas deben apretarse bien, pues las vibraciones de la cuerda y el roce con la roca pueden aflojarlas y abrir el mosquetón. Otra opción son los mosquetones automáticos, que reducen la posibilidad de apertura accidental, aunque hay que estar atento por lo mismo. En éstos, un cilindro con muelle bloquea el gatillo, y hay que girarlo un cuarto de vuelta para abrir el mosquetón. Pueden tener mecanismos de seguridad adicionales, que implican hacer 2 ó 3 movimientos antes de hacer el giro.
El CEN exige para mosquetones de uso general una carga mínima de 22 kN en el eje longitudinal con gatillo cerrado (16 kN para los ovales, 'conectores de carga baja'). Esto se basa en el límite de fuerza de choque de las cuerdas (12 kN); debido al efecto de polea, el seguro que aguanta la caída recibe un 66% más de carga que el escalador. En el test, se aplica una carga, aumentándola controladamente hasta que algo parte. En la práctica, si un mosquetón trabaja cerrado y sin hacer palanca, no se romperá. Hay que evitar las cargas triaxiales a toda costa, porque son cargas para las que los mosquetones no están diseñados, y las palancas con salientes de roca o los espárragos de los parabolts.
EL CEN también exige una resistencia de al menos 7 kN con gatillo abierto. Actualmente podemos encontrar mosquetones que aguantan 10 kN en abierto, y existe un modelo que aguanta 12 kN (Ergo, de Kong-Bonaiti). Para mosquetones ovales y HMS, la resistencia mínima en abierto es de 5 kN. Un mosquetón automático no necesita pasar este test; al ser automático se anula la posibilidad de que trabaje con el gatillo abierto. Por último, se realiza un último test de la resistencia transversal, con un mínimo de 7 kN. Pero este test no es muy realista; en la práctica ninguna carga se mantendrá en el centro del eje menor, y mucho menos con cierres curvos. Para realizar este test, se hacen dos muescas en el cuerpo y en el gatillo para que la carga se mantenga.
¿Cómo elegirlos? Como siempre, depende del uso que vayamos a darle, pero independientemente de esto, el dato más importante sin duda, es su resistencia en abierto. Elige los mosquetones con mayor resistencia en abierto posible (9 ó 10 kN), aunque sólo escales en deportiva. Debemos fijarnos en su perímetro interno, donde va a apoyar la cuerda, y que sea lo más ancho posible, y sin asperezas o rebabas que puedan deteriorar la cuerda. Otro detalle importante es el tipo de cierre, mejor que sea keylock o similar, para no engancharnos por todas partes y con todo el material. ¿Qué hay del peso? Si sólo vamos a escalar en deportiva, podemos elegir mosquetones hiperligeros, y ahorrarnos casi medio kilo de peso. Pero si los vamos a usar en deportiva y en pared, mejor que sean más robustos (el peso ahorrado no compensará lo mal que lo vamos a pasar yendo de primeros en una vía clásica con los seguros alejados, pensando si ese mosquetón hiperligero no se partirá en una caída, con todo el peso en material, agua, mochila y zapatillas para el descenso). El gatillo debería abrirse sin problemas, y tener una amplia apertura. Si se trata de un mosquetón con seguro, hay que probar que la rosca funcione correctamente, pues no mejora con el uso (a ser posible, el cilindro debe tener rugosidades para agarrarlo mejor).
A diferencia de las cuerdas, el material metálico no pierde sus propiedades con el tiempo, y no requieren unos cuidados especiales. Únicamente si escalamos cerca del mar debemos aclararlos bien con agua dulce, y lubricarlos una vez secos. Existen productos específicos para lubricar los mosquetones y los friends; evitaremos especialmente usar 3-en-1 o similar, pues el petróleo que contiene atrae suciedad y puede provocar más problemas que los que tratamos de evitar.
Un mosquetón debería jubilarse cuando los radios internos (donde apoya la cuerda) estén muy deteriorados por las chapas y los clavos, o por la abrasión de las cuerdas. También debemos retirarlo si el gatillo se ha deformado o está más duro de lo normal. Una rosca que se bloquea también es motivo de jubilación (yo tuve que bajarme de una vía porque la rosca del mosquetón de mi freno no se abría), al igual que todo el material que soporte una caída muy dura (factor 2 o casi). Un mosquetón que haya sufrido un vuelo también deberíamos jubilarlo; quizá no tenga daños, o quizá sí, y la próxima vez que lo usemos puede ser la última para nosotros...
Como norma, y con un uso normal, deberíamos retirar los mosquetones después de unos 10 años, y de 3 a 5 años si son los mosquetones del freno o del autoseguro.
Para saber más:
-Material para roca y hielo. Clyde Soles. Ed. Desnivel
-Seguridad y riesgo. Vols. 1, 2 y 3. Pit Schubert. Ed. Desnivel
-Página web de la UIAA: http://www.theuiaa.org
-Página web de la UIAA: http://www.theuiaa.org
Muy buen artículo. Gracias por compartir el conocimiento. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios y por vuestro apoyo. Para eso escribo, para compartir mis conocimientos y que todos os beneficiéis. Un saludo
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