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jueves, 12 de agosto de 2010

CUERDAS DINÁMICAS (II)

Actualmente, en Europa no se puede comprar una cuerda (o cualquier elemento de seguridad) si no lleva un certificado del CEN (Comité Europeo de Normalización), y para eso debe pasar unos tests bastante exigentes. Los resultados de esos tests deben aparecer en la etiqueta de las cuerdas, y son muy útiles para comparar diferentes modelos de cuerdas.
-Test de caída: Para cuerdas simples, se deja caer un cuerpo metálico de 80 kg sobre un tramo de cuerda de 2,8 m (Factor de Caída 1,75, un buen tirón), con aseguramiento estático (la cuerda se enrosca en una barra metálica de 30 cm de diámetro y se ata a ella), y pasando por un borde de 10 mm de diámetro (la medida de un mosquetón, aproximadamente). La cuerda debe aguantar al menos 5 caídas estándar consecutivas (con 5 minutos entre cada caída), y la fuerza de choque máxima que se transmite al escalador debe ser inferior a 12 kN (unos 1200 kg). Para cuerdas gemelas se usan los mismos requerimientos, pero deben ser 12 caídas como mínimo, con los dos cabos. Para cuerdas dobles, son 5 caídas con 55 kg, y una fuerza de choque máxima de 8 kN, sólo con un cabo. Pero estos valores sólo se exigen para la primera caída, lo normal es que las caídas consecutivas aumenten la fuerza de choque entre un 28% y un 59 %. También es cierto que sobre el terreno, la mala suerte de tener dos caídas consecutivas tan duras es una probabilidad remota. De todas formas, si tenemos una caída dura, haremos bien en desatarnos y dejar que la cuerda repose unos minutos antes de seguir escalando.
-Elongación: Para este test, el CEN exige un estiramiento máximo del 8% bajo una carga de 80 kg para cuerdas simples y gemelas, y un 10% para cuerdas dobles.
-Deslizamiento de la camisa: En este test, se tracciona de un tramo de cuerda de 1,93 m mientras se presiona. El deslizamiento máximo entre alma y camisa no debe ser superior a 40 mm. Sobre el terreno, habría que hacer una enorme cantidad de rápeles o un uso extremadamente abusivo de bloqueadores para que se dé el deslizamiento.
¿En qué hay que fijarse para elegir una cuerda? En primer lugar, el uso que le vayamos a dar determinará el tipo de cuerda; para escalada deportiva y vías poco comprometidas, la mejor elección es una cuerda simple. Para escalada clásica en roca y alpinismo, elegiremos cuerdas dobles (a ser posible con tratamiento impermeabilizante para uso exclusivo en alpinismo), y para cascadas, cuerdas gemelas.
Una vez que sabemos qué tipo de cuerda nos conviene, debemos fijarnos en los datos que aparecen en la etiqueta:
-Fuerza de choque: La fuerza de choque no es, como mucha gente cree, la carga de rotura de la cuerda, sino la fuerza máxima que la cuerda no es capaz de disipar mediante el estiramiento; es decir, la magnitud del tirón que se lleva el escalador en una caída de factor alto. De ahí que tenga que ser lo más baja posible, así la caída del primero es más suave y se sobrecargan menos los anclajes.
-Diámetro y peso: El diámetro en mm de una cuerda simple se mide lastrando la cuerda con 10 kg; se toman seis medidas y se saca la media. Para cuerdas dobles, se usan 6 kg, y para gemelas 5 kg. Pero no es lo más adecuado para comparar dos cuerdas. El peso por metro (en gramos) nos dice la cantidad de poliamida que tiene la cuerda. Así, una cuerda ligera tendrá una durabilidad menor y más elasticidad que otra más pesada, porque tiene menos cantidad de material por metro.
-Número de caídas: Esto nos da una idea de la durabilidad de la cuerda. Pero hay que tener en cuenta que en la práctica, una cuerda que aguante al menos una caída estándar no se romperá, excepto si apoya en una arista afilada. Esto se debe a que la caída estándar (la caída utilizada en los tests del CEN) es tan dura que es prácticamente imposible que se dé en la realidad (Masa de acero rígida, aseguramiento estático...). Así que esta característica no es determinante para elegir entre dos modelos de cuerda, y tendremos que fijarnos en más datos.
-Construcción antiarista: Cualquier cuerda que apoye en un canto afilado (basta uno de 90º con un radio de 0,5 mm, como el borde de una mesa) se romperá en la primera caída. Si el canto no es tan afilado, algunas cuerdas de 11 mm podrían aguantar la caída, aunque quedarían bastante deterioradas. Existe un test no oficial para cuerdas con construcción antiarista: una caída de factor 1,75 sobre una arista metálica de 90º con un radio de 0,75 mm (80 kg para cuerdas simples y gemelas, 55 kg para dobles). Hay varios modelos de cuerdas que aguantan este tipo de caídas sobre aristas afiladas. La ventaja, evidentemente, es una resistencia al corte y a la abrasión mayor que otra cuerda sin construcción antiarista, y una durabilidad superior, aunque son más rígidas y menos maniobrables, y bastante  más caras. Aun así, son muy recomendables para escalada alpina, y en determinadas zonas (Ordesa, Galayos, Picos...) donde encontremos aristas cortantes y/o desprendimientos de piedras. De todas formas, aunque más resistentes que otras cuerdas, no son la panacea, y hay que andar con cuidado.
-Impermeabilidad: El que más y el que menos sabe que una cuerda absorbe agua, y las consecuencias que acarrea toda esa poliamida empapada son un descenso del 30% en su resistencia, más peso, más elasticidad y menos resistencia a la abrasión. Además, una cuerda mojada puede congelarse (en alpinismo o cascadas) y quedar rígida, prácticamente imposible de manipular. Para evitar esto, los fabricantes aplican tratamientos impermeabilizantes, ya sea antes del trenzado (se impregnan los hilos de poliamida individualmente antes de fabricar la cuerda), después del trenzado (se sumerge la cuerda terminada en una solución impermeabilizante), o bien antes y después. Una cuerda con este tratamiento será un 15 ó 20% más cara que el mismo modelo sin tratamiento, y aumenta la durabilidad porque reduce la fricción con la roca y los mosquetones, pero la impregnación se pierde con el uso. Sí es interesante si la vamos a usar exclusivamente para alpinismo o cascadas, pero para una utilización polivalente en roca y alpinismo, probablemente no merezca la pena pagar la diferencia, y nos interese más tener en cuenta otras características.
-Longitud: Tradicionalmente, la longitud de las cuerdas era de 35-40 m. Actualmente, con 60 m funcionaremos bien en cualquier terreno, aunque últimamente se están equipando vías deportivas de 32-33 m, incluso 35 m; en este caso, necesitaremos una cuerda de 70 m. Como en deportiva los 2 ó 3 primeros metros de cada cabo se deterioran antes, con 70 m podremos cortar esos metros de los cabos y seguir teniendo una longitud aprovechable. De todas formas, las cuerdas encogen y engordan con el uso. Es recomendable medir la cuerda de vez en cuando, porque encogen entre el 2 y el 7% con el uso.
-Color: Puede parecer algo superfluo, y aunque nuestra vida no depende del color de la cuerda, sí conviene considerar algunos puntos. Si buscamos dobles o gemelas, cada madeja debe ser de un color bien diferenciable, sin posibilidad de confusión (además de ser madejas del mismo modelo). Para escalar en nieve o hielo, deben ser de colores chillones (rojo, naranja) para diferenciarlas bien del entorno. Con las camisas de colores oscuros es más fácil comprobar si las fibras del alma sobresalen, y las de colores claros pueden ocultar daños en el alma. Además, una camisa de color claro se ensucia antes que otra más oscura.

Para saber más:
-Seguridad y riesgo. Vol 1, 2 y 3. Pit Schubert. Ed Desnivel.
-Material para roca y hielo. Clyde Soles. Ed Denivel
-Página web de la UIAA (En inglés): theuiaa.org

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