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miércoles, 23 de noviembre de 2011

CORRER PARA ESCALAR

Después de un año sin hacer prácticamente nada, desde hace un mes estoy saliendo a correr de nuevo. Media hora, tres días por semana, sin otro objetivo de momento, que el de hacer 'saltar el óxido' de mis músculos y articulaciones. Tengo un amigo que solía decir "correr es de cobardes" (y "el agua para los peces", y se fumaba hasta a su padre enrollado); no es que yo sea muy valiente, pero no tengo que escapar de nadie, y me encuentro físicamente muy bien después de trotar media hora y estirar un poco...
Como ya dije en otros posts anteriores (Aquí y aquí), cuanto más se parezca nuestro entrenamiento a la actividad para la que entrenamos, más transferencia habrá. La verdad es que la carrera como entrenamiento para la escalada en roca no es un método muy adecuado, aunque hay beneficios aplicables a la escalada. Estos beneficios se centran en el aparato cardiovascular: disminuyen las pulsaciones en reposo y durante el ejercicio, aumenta el metabolismo del ácido láctico, es decir que el ácido lactico producido durante el esfuerzo se va desechando en mayor medida que sin trabajo aeróbico, y también aumenta el umbral anaeróbico, esto quiere decir que aguantaremos más tiempo (o el mismo a más intensidad) antes de empezar a trabajar anaeróbicamente (en breve publicaré un artículo sobre el umbral anaeróbico, porque es un concepto bastante importante del que creo tengo que hablar con más detalle). Aparte de estos beneficios, la carrera se puede usar como medio para descargar los músculos después de entrenamientos intensos, como descanso activo entre dos temporadas, o para no quedarnos estancados en caso de lesión en el tren superior (esas tendinitis en los dedos o los codos, de apretar a muerte...).
Como entrenamiento para esquí de montaña o alpinismo de dificultad moderada (corredores clásicos o crestas), y sobre todo para las aproximaciones con peso, los beneficios son mayores, aunque habrá que adaptar las condiciones del entrenamiento para aumentar su transferencia: duración más larga de los entrenamientos, incluir subidas en los entrenamientos o aumentar su inclinación si ya las hacemos, cargar una mochila con peso...
Entre las desventajas, la más importante es la falta de transferencia técnica entre la carrera y la escalada, ya que los músculos solicitados no son los mismos; además, hay un riesgo importante de lesión por desgaste articular (tendinitis, periostitis), y una solicitación muscular bastante elevada.
Algunos detalles a tener en cuenta en nuestros entrenamientos: evitar correr sobre superficies muy duras (roca, asfalto), evitar las bajadas muy pronunciadas corriendo, usar un buen calzado de calidad, con buena amortiguación y adaptadas a la forma de pisar de cada uno (pronadores, supinadores o neutros), y sobre todo hacer un buen calentamiento previo de tobillos, rodillas, caderas y todos los músculos que vamos a implicar, y una buena serie de estiramientos después de correr.

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