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miércoles, 25 de enero de 2012

RAPELAR CON SEGURIDAD

Una maniobra tan simple como peligrosa, rapelar, es causa de muchos accidentes y muchas muertes fácilmente evitables. Tan sencillo como hacer un nudo prusik o machard, o usar un Shunt, y anudar los extremos de las cuerdas (entre sí o independientemente, ahora veremos pros y contras) para no salirnos de ellas si perdemos el control del rápel (si nos cae una piedra en la cabeza y quedamos inconscientes, por ejemplo).
Rapelando de cualquier manera en Pedriza
No voy a hablar aquí de la técnica del rápel, ese no es el objetivo del post; doy por hecho que sabemos rapelar. Sólo quiero comentar ciertos detalles que se pasan por alto: En primer lugar, los nudos en los extremos de las cuerdas. Al hacer rápeles desconocidos, es decir, cuando no sabemos si las cuerdas llegarán a la siguiente instalación o al suelo, no está de más anudar los cabos de las cuerdas. Así, en caso de que los cabos no tengan la misma longitud (algo más frecuente de lo que se pueda pensar), no nos saldremos de las cuerdas. Pero hay que tener la precaución de deshacerlos para poder recuperarlas. Si no se hace así, el nudo se trabará en la instalación superior, y habrá que subir (escalando o remontando la cuerda) para deshacer el nudo, volver a rapelar el largo y recuperar la cuerda. ¿Y cómo es mejor anudarlas, ambos cabos juntos o cada una independiente de la otra? Si las atamos juntas, el nudo resultante es más voluminoso, pero las cuerdas se rizarán diabólicamente. Si anudamos cada una por separado, el nudo no es tan voluminoso, pero cada cabo queda libre para girar durante el rápel, evitando los rizos. Un nudo de ocho por seno o un pescador doble son los más adecuados para estos menesteres.
Rapelando sin prusik en la Aguja del Pillo (Teverga)
Más cosas: un autobloqueante debería ser poco menos que imprescindible en casi cualquier rápel. Si necesitamos tener ambas manos libres porque la cuerda se ha enganchado en la roca o se ha formado un ovillo con el viento, si nos cae una piedra en la cabeza (o el ocho del compañero que espera más arriba) y quedamos inconscientes, o si perdemos el control del rápel por cualquier causa (nos pica una abeja, ¡o una oveja!), un nudo autobloqueante anclado al anillo ventral del arnés, que vaya hasta la cuerda (o un aparato autobloqueante como el Shunt de Petzl) evitará que sigamos descendiendo sin freno hacia la muerte. Y aquí hay otra polémica: ¿prusik por encima o por debajo del descensor? Lo que se suele aconsejar (preguntadle a Tino...) es que el autobloqueante vaya por debajo del descensor, para que no quede fuera de nuestro alcance en caso de quedar colgados de él. Bueno, yo he hecho algunos experimentos con el prusik por debajo, y el descensor acaba empujando SIEMPRE al nudo, y deslizándolo hacia abajo, por mucho que esté bloqueando la cuerda. La conclusión (para mí), es que el autobloqueante debe ir por encima del descensor, y no debe usarse un anillo de cordino excesivamente largo. ¿Cuánto es excesivamente largo? Yo uso un anillo construido a partir de un cordino de 6 mm y unos 50-60 cm de largo, con un pescador doble, hago un prusik con 2 vueltas (ya sé que es mejor el machard, pero es más engorroso de hacer con un anillo tan corto), anclo el anillo al aparato descensor con un mosquetón de seguro, y nunca se me ha quedado fuera del alcance. Debo decir que tengo los brazos largos, y también he de confesar que no siempre uso el prusik (Sí, yo también)...
Nudo autobloqueante anclado al descensor,
y por encima de éste
Otro detalle a tener en cuenta, aunque ya no influye necesariamente en la seguridad, pero sí en la maniobrabilidad: a la hora de rapelar, lo habitual es llevar ambos cabos (o ambas cuerdas) en el lado de la mano de frenado; es decir, a la derecha si somos diestros y a la izquierda si somos zurdos. Esto no es incorrecto, pero hay un pequeño truco que nos ayudará a ir separando las cuerdas a medida que rapelamos: si en lugar de llevar los dos cabos en el mismo lado, metemos una pierna entre ambos cabos, las cuerdas se irán separando sin necesidad de manipularlas. Hay que decir que esto no siempre funciona, y si el viento ha enmarañado las cuerdas, habrá que pararse a desenrollarlas...

Para saber más:
-Seguridad y riesgo, vol. 1 y 2. P. Schubert. Ed. Desnivel
-Prevención, seguridad y autorrescate. M. Murcia. Ed. Desnivel
-Montañismo. La libertad de las cimas. VV. AA. Ed. Desnivel


Rapelando sin prusik, con la pierna derecha separando las cuerdas

domingo, 22 de enero de 2012

LA TÉCNICA

La escalada se desarrolla en una situación determinada que plantea un problema al escalador (superar una fisura o un desplome, asegurar al compañero, o montar una reunión desequipada), y éste tiene que resolverlo realizando una acción adecuada a esa situación, aplicando las técnicas necesarias.
Técnica de oposición en X
a la entrada de un diedro
Mucha gente habla de la técnica para escalar. Escalada técnica, técnica de pies, técnica de fisuras, pero ¿qué es la técnica? Según la R. A. E., técnica es (entre otras definiciones) el conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una disciplina, o la habilidad para usar esos procedimientos y recursos. Vale, pero ¿qué es la técnica? Podríamos decir que es, por un lado, el conjunto de conocimientos, procedimientos y movimientos necesarios en una actividad (la escalada en este caso); y por otro, la manera más eficiente de ejecutar una tarea motriz determinada (la forma óptima de realizar esos movimientos), la mejor manera de hacer las cosas, vaya.
Técnica de progresión en artificial solitario
En el primer caso, son todos los conocimientos, habilidades y maniobras de progresión (superar fisuras, desplomes, placas de adherencia, progresión artificial...), protección (colocar fisureros y friends, clavos de roca o tornillos de hielo, guiar la cuerda, autodetenerse en nieve...) y aseguramiento (montar una reunión, asegurar al primero o al segundo, montar un rápel...) que se utilizan durante la escalada. Y en el segundo caso, es la forma más eficaz de realizar todos esos movientos y maniobras. ¿Y qué significa esto? En todos los deportes hay un modelo técnico perfecto, biomecánica y fisiológicamente eficiente que se debe imitar en lo posible. Cuanto más parecida sea nuestra técnica a ese modelo técnico, menos energía necesitaremos para realizar los movimientos. Así, esos movimientos son más eficaces, más fluidos, menos agotadores. Para que esto sea así, es necesario entrenar las diferentes técnicas que se usan en escalada tanto o más que la parte física. Por desgracia, la mayor parte de los escaladores entrenan sobre todo el físico, y dejan la técnica para otro día. Y cuando trabajan la técnica, sólo entrenan aquéllas que se les dan bien, en lugar de trabajar los puntos débiles para ser mejores escaladores, o escaladores más polivalentes.
Técnica de la 'cigüeña' para progresión artificial
La 'trampa' es pensar que lo único que se necesita es más fuerza; es cierto que a veces, para realizar ciertas técnicas o movimientos es necesario tener cierto nivel físico, pero entrenando la técnica de forma adecuada, se obtienen más y mejores beneficios sin entrenar específicamente la fuerza. Esto no implica dejar de entrenar la parte física, sino dedicar tiempo a todos los ámbitos del entrenamiento: físico, técnico, táctico y psicológico. La cantidad de tiempo que se debe dedicar a cada uno de estos ámitos dependerá de las características, objetivos y puntos débiles de cada escalador, pero se debe intentar trabajar más en las debilidades, y menos en los puntos fuertes.
En definitiva, la técnica es una parte muy importante de nuestro deporte, así que debería ocupar una buena parte del entrenamiento. En principio, el momento más adecuado para entrenar la técnica es justo después del calentamiento, porque el organismo aún está descansado. Si se trabaja la técnica al final del entrenamiento, ya estaremos cansados y los movimientos no serán tan precisos y eficaces como debieran. En determinados momentos de la temporada, se puede dejar el entrenamiento de la técnica para el final de la sesión, precisamente para trabajar la técnica en estados de agotamiento. Pero esto es otro tema, y hablaré del entrenamiento de la técnica más adelante.
Técnica de adherencia en placa 'pedricera'
Para saber más:
-Guía completa de entrenamiento en escalada. D. Hague y D. Hunter. Ed. Tutor
-Bases para el entrenamiento de la escalada. C. Albesa y P. Lloveras. Ed. Desnivel
-Entrenamiento para deportes de montaña. J. Canals, M. Hernández y J. Soulié.

miércoles, 18 de enero de 2012

APERTURA DE LA VÍA 'DANI CRESPO' EN LA PEÑA DEL CASTIELLO (SAN ANDRÉS)

Dani en Gredos
Aquí estamos de nuevo Carol y yo haciendo otro homenaje a otro amigo desaparecido en la montaña en julio de 2010. Dani Crespo, escalador y alpinista, guía de montaña y miembro del Equipo de Jóvenes Alpinistas (la "Selección Española de Alpinismo"), falleció en el Chacraraju Oeste junto a Álex Bonilla cuando intentaban la apertura de una nueva vía. Desde entonces, Carol y yo pensábamos abrir una vía para dedicársela a este pequeño pero gran escalador, primer repetidor de la Gredos Circus junto a Borja Ayed, otro gran amigo, escalador y guía de montaña. Ya cuando llegamos a Asturias, en octubre de 2010, comenzamos a echarle el ojo a distintas zonas, paredes, riscos y agujas donde abrir esta vía de homenaje a Dani, pero con la llegada del frío, las lluvias y el invierno, dejamos la idea algo aparcada. Más tarde, cuando ya podíamos plantearnos la apertura, falleció Sergio Breñas. Entonces, la primera vía que abrimos, se la dedicamos a Sergio (como se puede ver en este enlace). Por fin, un año y medio después nos pusimos manos a la obra. Dondequiera que esté Dani, estará orgulloso de esta vía, en artificial como le gustaba a él; ya se encargará alguien de liberarla...
Preparado para la acción
Comencé metiendo un empotrador y colgándome de él con más miedo que otra cosa, e inmediatamente, metí un clavo algo más arriba. Al colgarme del clavo, y notar su solidez, empecé a tranquilizarme. Seguí metiendo microfisureros, dos ó tres, hasta un punto donde la fisura no me ofrecía ningún emplazamiento fiable, así que saqué mi gancho, lo coloqué y aguantando la respiración para pesar menos, me colgué de él. Colgado del gancho, fui subiendo de peldaño en peldaño, me equilibré y puse otro seguro. Con una sensación increíble de estar haciendo algo muy guapo, seguí progresando poco a poco, metiendo un clavo aquí, un microfriend allá, un RP más adelante... Mientras Carol me aseguraba abajo, muerta de frío, me gritó que llevaba escalando una hora. Yo allí arriba, no notaba que el tiempo estuviera pasando tan deprisa, y me iba sintiendo cada vez más suelto y confiado, colgando de pequeñas piezas metálicas que seguramente no aguantarían una caída mediana, pero que de momento me aguantaban el peso (no llego a los 70 kg, e incluso con toda la cacharrería que llevaba encima, no llegaba a los 75 kg).
Aguantando la respiración para pesar menos
De modo que continué poniendo pequeños seguros y progresando sobre ellos, hasta llegar a una sabina en medio de la fisura que me cortaba el paso. Lo primero que hice fue pasar un cordino por el tronco e intentar colgarme, pero al tirar con la mano aquello empezó a crujir, y las ramas de la sabina se desprendieron casi sin esfuerzo, llevándome un pequeño susto. Terminé de quitar los restos de la sabina, y metiendo una buena pata de cabra un poco más arriba, seguí mi camino hacia arriba. Otro paso más, y llegué a un tramo que me dio bastante trabajo: metí un microfriend y me colgué de él, pero realmente no sé qué pasó porque noté un pequeño tirón en el seguro, y me cambié rápidamente al estribo de más abajo. Al mirar el microfriend, vi que se había movido ligeramente de su emplazamiento, y las dos levas más externas estaban invertidas. "¡Miércoles! Me he cargado el friend...", pensé mientras forcejeaba con él para sacarlo de la fisura. Así que metí un universal apuntando hacia abajo que no me daba nada de confianza, me colgué de él con mucho miedo, puse un gancho 30 centímetros más arriba y me pasé al gancho. Allí estuve un buen rato respirando y calmándome (el gancheo era para quedarse a vivir en él), mientras buscaba otro emplazamiento para seguir subiendo. Pero me temo que estuve demasiado tiempo buscando otros emplazamientos. Pude colocar un empotrador del 9 estirándome un poco, pero ya no me sirvió de nada:
Colgado del gancho
Llevaba una hora y tres cuartos para subir 20 metros, y Carol se estaba congelando mientras me aseguraba a la sombra; ya no sentía los dedos de los pies, así que me descolgó del último seguro que puse (el fisurero del 9, metido a cañón en la fisura), y fui limpiando la fisura hasta el suelo, dejando dos clavos en su emplazamiento para evitar deteriorar la fisura en exceso. Habría que volver otro día... Y hasta la semana siguiente no pudimos volver, porque la méteo no acompañaba. Esta vez empezó a escalar Carol; en 45 minutos estaba en el punto más alto alcanzado la otra vez, y siguió metiendo seguros hasta el árbol desde el que se bajó cuando abrimos la Sergio Breñas (aquí está la historia completa), ahí continuó 3 ó 4 metros en libre, por la placa de IV+ y el pequeño diedro final, con un último paso de A1 sobre un alien para salir a la cima de la pared. Montó la reunión en el rápel de la Sergio Breñas, y me aseguró desde arriba, mientras yo subía de segundo e iba recuperando todo el material. En un paso a mitad de la vía, y como peso 20 kilos más que Carol, arranqué una pata de cabra del 0'5 al colgarme de ella, y me fue directamente a la cara. Menos mal que esa es la más pequeña, y tiene más cantidad de cinta que de metal, porque podría haber perdido algún diente... Además, como iba de segundo, la caída fue sólo de unos 20 ó 30 centímetros. Más adelante, al salir en libre en la placa de IV+, cagué fuego para pasar esos 3 ó 4 metros porque llevaba deportivas, pero al ir de segundo no tuve mayor problema, y pude llegar a la reunión. Así, terminamos la vía sin más incidentes, montamos el rápel y nos bajamos. En 2 horas, ambos habíamos escalado la vía, y estábamos en el suelo recogiendo el material.
A mitad de la vía
La vía Dani Crespo se abrió en artificial los días 8 y 14 de enero de 2012, y discurre por una fina fisura diagonal, paralela a la Sergio Breñas, un metro a la izquierda de ésta, para juntarse con ella en el último tramo. La reunión es común con la de la Sergio Breñas, por lo tanto la bajada se hace en rápel desde el mismo cordino con maillón en el árbol. Son 30 metros que nosotros graduamos de A1, quedaron dos clavos puestos, y se puede asegurar con friends del 00 al 3, un juego de fisureros, otro de microfisureros (Microstoppers de Black Diamond, o Superlight Rocks de Wild Country), además de 3 ó 4 patas de cabra de las más pequeñas (del 0'5 al 2). No hacen falta más clavos, y los ganchos no son imprescindibles (yo usé un Talon de Black Diamond, pero Carol no lo necesitó). Aunque todavía no hemos intentado liberarla, creo que no saldrá más difícil de 6a ó 6a+, pero eso es algo que no se sabrá hasta que volvamos para intentarlo...
Carol pedaleando
Carol y yo después de abrir la Dani Crespo





sábado, 7 de enero de 2012

NO A LAS CLECAS

Las clecas son esas pequeñas (y no tan pequeñas) marcas que se hacen en la roca con tiza o magnesio, para señalar donde están los agarres o apoyos, y así 'facilitarnos' los encadenes. Por mi parte, creo que sólo nos embrutecen más, ya que así evitamos tener que pensar dónde está el siguiente agarre o cómo será el próximo movimiento. Sí pueden tener cierta utilidad en determinados casos ensayando vías con agarres fuera de la vista, pero su uso indiscriminado sólo servirá para anular los cerebros pensantes de los escaladores, además de producir un impacto visual negativo en las zonas más visitadas (ya de por sí manchadas de magnesio). Ya habréis visto la imagen de la columna de la izquierda, pero quizá no conozcáis el mensaje que la acompaña. Esto lo encontré hace tiempo en 8a.nu; ya había visto la imagen en otras webs, pero no el manifiesto, no os lo perdáis:


NO A LAS CLECAS
Manifiesto en contra de las clecas

La proliferación de las clecas en vías de escalada y bloques al aire libre está desvirtuando por completo algunos estilos de escalada. Se pierden alicientes y capacidad de aprendizaje, y se esfuman algunas motivaciones, ya que desaparece el reto de descubrir los misterios que esconde la roca. A ello se suma el impacto visual que producen, lo que ha dado lugar a que se prohíba su uso en algunos espacios naturales.

¿Qué será del reto de tener que descubrir las presas en la roca y descifrar la secuencia de movimientos cuando escalamos a vista?
Ya sólo con el magnesio que se queda en los cantos se desvirtúa la escalada a vista. Necesitamos pensar menos y actuamos como autómatas ante el estímulo de la manchas blancas. Con las clecas, esta automatización se magnifica, no hace falta saber "leer" la roca, sólo queda seguir las marcas que recorren la pared. El tener que descubrir e interpretar las formas de la roca, el saber si hemos elegido bien o mal el recorrido, ya no tendrá aliciente y la roca natural se parecerá más a un rocódromo. La escalada a vista, y el aprendizaje que ello conlleva, ya no tendrán ningún sentido y perderemos un estilo de escalada que para muchos de nosotros es una parte esencial de este deporte.

¿Qué será del reto de tener que memorizar las presas y visualizar los movimientos en una escalada ensayada?
 Las clecas nos 'ayudan' (¿idiotizan?) cuando ensayamos una vía de escalada, ya no hace falta memorizar las presas ni los apoyos de los pies, y la visualización de los movimientos no es tan importante. De nuevo progresaremos por la roca cual autómatas, siguiendo la línea discontinua de rayas y puntos blancos. Memorizar y visualizar, partes indisociables de la escalada ensayada, o eso creíamos algunos antes de que aparecieran las clecas.
Las clecas nos afectan a todos, y condicionan la manera en la que escalamos, el estilo y nuestra conducta en la escalada. Por eso hacemos una campaña en contra de las clecas.
Os pedimos que os unáis a ella y difundáis este mensaje. Participa de forma activa y borra las clecas con tu cepillo (que sea blando y que no dañe la roca). Si las utilizas, olvídate de ellas y respeta a los demás, saldrás ganando y todos podremos seguir aprendiendo. Algún día volveremos a disfrutar de la escalada a vista, de la memorización y la visualización.
Lo conseguiremos.
EJERCITA TU MEMORIA: NO A LAS CLECAS!!